¿Tu empresa está lista para temporada de huracanes? Claves para asegurar activos, inventario y operación
- EIKOS

- 30 jun
- 4 Min. de lectura
La temporada de huracanes en México pone a prueba la resiliencia empresarial. Descubre cómo proteger tu negocio con seguros adecuados, protocolos bien definidos y alianzas estratégicas.
La temporada de huracanes pone a prueba cada año no solo la infraestructura física de las empresas, sino también su capacidad de anticipación, su cultura de prevención y la solidez de sus decisiones estratégicas.
De 2012 a 2024, la industria de seguros ha pagado en promedio 7,591 millones de pesos anuales por siniestros relacionados a riesgos hidrometeorológicos, lo que equivale a 25 millones de pesos por día.
El impacto económico de estos fenómenos, mientras tanto, ha aumentado un 91% en comparación con el período anterior (2001-2012), de acuerdo con la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros (AMIS).
El primer tipo de riesgo, que comprende huracanes, lluvias intensas, inundaciones, deslizamientos de tierra, tormentas de granizo y heladas, afecta principalmente a empresas medianas y grandes que centralizan infraestructura crítica, stock de alto valor y logística interdependiente.
Tanto en términos de pérdidas materiales como de reputación corporativa y operaciones comerciales interrumpidas, ocurren consecuencias negativas si no se cuenta con una estrategia firme de prevención y respuesta.
La temporada de ciclones tropicales de México ya ha comenzado, según la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA), terminaran hasta el 30 de noviembre, sin embargo, lo que sí es un hecho es que el pronóstico vislumbra de ocho a nueve tormentas tropicales, de cuatro a cinco huracanes categoría 1 o 2, y entre cuatro y seis huracanes de gran intensidad (categoría 3, 4 o 5).
Ante estos embates, es crucial considerar tres pilares esenciales para que tu empresa afronte esta temporada con estrategia, preparación y no con improvisación.
1. Seguro: ¿qué buscar en una buena póliza?
El hecho de que haya un seguro no significa que tu empresa esté completamente cubierta. Quizás la lección más importante aprendida del huracán Otis fue la gran cantidad de empresas afectadas por la tormenta que no tenían contratada una cobertura para fenómenos hidrometeorológicos.
En Acapulco, el 15% de los activos a los que se había extendido el seguro y que fueron afectados solo estaban cubiertos contra incendios y terremotos, evidencia de la falta de protección financiera ante estas devastaciones.
Una póliza empresarial sólida ante huracanes debe cubrir:
•Cobertura por huracanes, tempestades, lluvias, tormentas de granizo, deslizamientos e inundaciones.
• Cobertura por pérdida de ingresos o interrupción del negocio.
• Daños a artículos en curso de tránsito o en uso fuera de las instalaciones.
• Costos adicionales por reubicación temporal de operaciones.
• Remoción de escombros y limpieza general.
• Evaluación preferencial de siniestros para acelerar indemnizaciones.
También, es importante evitar errores comunes como la infravaloración de activos, la omisión de ubicaciones clave o la falta de actualizaciones en los valores asegurados.
2. Protocolos internos: comunicación, apoyo logístico y toma de decisiones rápidas
No podemos detener la naturaleza, pero un plan de respuesta bien diseñado y socializado dentro de la empresa ayudará a mitigar su impacto. La mayoría de las empresas tienen protocolos en papel, pero carecen de ejercicios reales de activación o actualización periódica.
La diferencia entre detener operaciones por horas o semanas está, muchas veces, en la claridad de los pasos previos.
Un Plan de Respuesta a Emergencias por Tormenta (ERP) debería tener al menos 5 fases:
• Estrategia: revisión anual del plan, ejercicios funcionales, identificación de instalaciones esenciales y capacitación del personal clave.
• Fase de Preparación 1 (48 horas antes): inspecciones de techos, inspección de desagües, comprobaciones del sistema eléctrico, aseguramiento de maquinaria y materiales de techado, verificación de suministros de emergencia.
• Fase de Preparación 2 (36 horas antes): cierre de operaciones no esenciales, aseguramiento de estructuras, remoción de equipos sueltos (si los hay), evacuación de personal no esencial.
• Respuesta (12 h antes del evento y durante el evento): vigilancia activa, comunicación interna clara, asegurarse de permanecer en áreas seguras y ejecución de protocolos específicos.
• Recuperación (después del evento): evaluación de daños, presentación de reclamaciones de seguro, recuperación del sistema, reinstalación de equipos y retorno a operaciones.
Un protocolo bien diseñado debe asignar responsables por área, canales de comunicación seguros y procesos de documentación de daños para facilitar la gestión con aseguradoras. La agilidad operativa en estas fases también ayuda a minimizar la afectación a la marca ante clientes, socios o medios.
3. Anticipar alianzas estratégicas
El acceso inmediato a recursos y servicios especializados marca la diferencia. Por eso, las empresas que se preparan mejor son aquellas que han establecido con anticipación alianzas estratégicas para escenarios de contingencia. Estas alianzas permiten reaccionar en horas, no en días.
Entre los actores clave que deben formar parte de la red de respuesta destacan:
• Proveedores de energía, agua, transporte, telecomunicaciones, limpieza posterior al evento.
• Centros secundarios para archivos o sitios temporales para reubicar operaciones.
• Ajustadores, ingenieros estructurales y especialistas con experiencia en reclamaciones relacionadas con siniestros climáticos.
• Asesores legales y de comunicación de crisis que puedan actuar con rapidez.
La temporada de huracanes ya inició, los pronósticos son elevados, recuerda revisar tu plan de continuidad, validar tu póliza, afinar tus protocolos y asegurar tus alianzas antes de que la próxima tormenta toque tierra. La prevención inteligente comienza con decisiones informadas y acciones concretas.
Te recomendamos leer:
Protege tu mercancía con el seguro correcto






Comentarios