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Huracanes 2024: Lecciones y la importancia de estar preparados.

Los huracanes de este 2024 nos recuerdan la importancia de contar con herramientas financieras, como el seguro, para enfrentar las consecuencias económicas de su impacto.

A un año del impacto del huracán Otis en Guerrero, los daños materiales y humanos son un recordatorio de la vulnerabilidad de México frente a fenómenos naturales así como la importancia de contar con herramientas financieras que ayuden a enfrentar las consecuencias económicas de estos riesgos. 


De acuerdo con los últimos datos de la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros (AMIS), con 44,653 siniestros reportados y un monto de cobertura estimado en 39,343 millones de pesos (mdp), Otis es el tercer siniestro más costoso para las aseguradoras en la historia del país, solo detrás de la pandemia de COVID-19 y el huracán Wilma, en 2005.


Este desastre no solo afectó la infraestructura y los bienes materiales de miles de familias. Evidenció también la importancia de la prevención y la necesidad de contar con seguros que ayuden a mitigar el impacto económico de los fenómenos naturales en las comunidades más vulnerables.

México, debido a su ubicación geográfica, es un país altamente expuesto a eventos hidrometeorológicos y sísmicos. Colinda con el océano Pacífico, el Golfo de México y el Mar Caribe, lo que lo hace particularmente susceptible a huracanes, lluvias e inundaciones. 


Ello sin olvidar que, su ubicación en el Anillo de Fuego lo coloca en una de las regiones con mayor actividad sísmica y volcánica en el mundo. De acuerdo con el Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred), 45% del territorio nacional está expuesto a inundaciones, y cada año, ciclones tropicales causan daños significativos en diferentes regiones del país.


Para 2024, la Comisión Nacional del Agua (Conagua) estimó la formación de entre 35 y 41 ciclones tropicales en las costas del Pacífico y el Atlántico. Asimismo, la Oficina de Administración Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA, por sus siglas en inglés) anticipó una temporada de huracanes con una alta probabilidad de eventos de categoría 3 o superior, lo que incrementó el riesgo para las comunidades costeras y las entidades cercanas, como ocurrió con la llegada de Milton, Carlotta, Debby y John que pasaron de tormentas a huracanes.


Además de Guerrero, entidades como Michoacán y Colima se encuentran entre las regiones más afectadas por riesgos hidrometeorológicos. En 2023, estas tres entidades representaron aproximadamente el 10% de la siniestralidad asociada a fenómenos de este tipo, sin embargo, los eventos hidrometeorológicos no se limitan a las zonas costeras. También afectan regiones del interior del país con lluvias intensas y desbordamientos de ríos.


Los fenómenos naturales no solo representan un riesgo para las vidas humanas, sino también para los bienes materiales. De acuerdo con el Swiss Re Institute, las catástrofes relacionadas con el cambio climático causaron daños asegurados por 280 mil millones de dólares a nivel global en 2023. Y las pérdidas podrían aumentar entre un 5% y 7% anual debido a la creciente intensidad y frecuencia de estos eventos.


En este contexto, el seguro es una herramienta indispensable para la protección de bienes y la recuperación económica de un desastre. 


Así, contar con un seguro que incluya protección ante fenómenos naturales no es un lujo, sino una necesidad, especialmente en un país como México. Este tipo de coberturas permiten a las familias y empresas contar con recursos económicos para afrontar las consecuencias , reduciendo el impacto económico y emocional.


Es fundamental que los seguros ofrecidos en regiones de alto riesgo incluyan coberturas contra huracanes, inundaciones y terremotos. Asimismo, la infraestructura debe fortalecerse para hacer frente a los desafíos que plantean estos eventos y es necesario fomentar una cultura de prevención, que incluya la elaboración de planes de emergencia y la inversión en medidas que mitiguen los riesgos.


Los huracanes Otis, Milton, Carlotta, Debby y John han demostrado que los eventos naturales no se pueden evitar, pero sus efectos devastadores sí pueden mitigarse con una adecuada planeación y preparación. 


Para Eikos, consultoría mexicana líder en seguros y administración de riesgos, tener un seguro no es solo una medida de protección material, sino una herramienta clave para salvaguardar la estabilidad financiera y emocional de las familias mexicanas.


En un mundo donde los desastres naturales y los efectos del cambio climático son cada vez más frecuentes, la preparación es una responsabilidad compartida. Invertir en seguros y en estrategias de prevención no solo protege bienes y vidas, sino que también fortalece la resiliencia de nuestra sociedad, asegurando un futuro más seguro y próspero para México.


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